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La constancia de un colectivo

La constancia de un colectivo

Merecer la Medalla Jesús Menéndez —condecoración que otorga el Consejo de Estado de la República de Cuba a colectivos destacados—, exige  de esfuerzos y sacrificios, atributos que están presentes en la Fábrica de Fusibles y Desconectivos, de Santa Clara, entidad que desde hace ocho años mantiene la condición de Vanguardia Nacional. 

Fue en la noche del 1º de Mayo, que Alejandro Gutiérrez, al frente del Sindicato, recibió el importante estímulo ganado a fuerza de tesón por los  trabajadores de la industria, perteneciente a la Empresa de Producciones Electromecánicas (EMPES), del Ministerio de la Industria Básica.

«Cuando me la entregaron, pensé en todos mis compañeros, en especial, en Rolando Guerra, Misel Fleites, Rafael Quintero y José Labrada.»   

 

MÁS QUE RESULTADOS

 

«El multiofocio constituye aquí una práctica diaria —manifiesta Alejandro—. Si una línea de producción se para por falta de materia prima, nos trasladamos a otra.

«Somos atrevidos y proponemos nuevos proyectos para ampliar nuestras ofertas en el mercado nacional, pues contamos con potencialidades para elaborar otros artículos que el país necesita.»

La fábrica se destaca en la sustitución de importaciones. Basta señalar que en los últimos cuatro años le ha ahorrado al país más de 14 millones de pesos en divisas. Una cifra fácil de decir, pero que requiere de mucha tenacidad.

Actualmente satisface la demanda de la Unión Eléctrica, con la entrega de eslabones fusibles de media tensión, cortacircuitos de expulsión, seccionadores monopolares y tripolares, cadenas de prueba, contadores, así como luminarias, gabinetes para contadores, entre otros.   

Relata Gutiérrez Montes, el también técnico del Laboratorio de Calibración de Contadores, que los propios obreros impulsan las inversiones aprobadas para este año.

«Dedican horas extras y de trabajo voluntario, a levantar las naves cercanas al Politécnico Victoria de Santa Clara, donde comenzaremos a producir sellos plásticos, aisladores polimétricos y pararrayos. Su incorporación a la cartera de negocios evitará comprarlos en el exterior.»

A fin de incrementar el ensamblaje de lámparas para el alumbrado público, en el 2009 trasladaron la planta hacia otra área subutilizada y de mayores dimensiones, en el reparto Moro de la capital villaclareña.

Poseen un sistema integrado de  gestión certificado, que incluye la implementación de la norma de calidad NC-ISO 9001: 2008, la de Seguridad y Salud en el Trabajo, la Medioambiental y la de Capital Humano. Además, tienen acreditado el Laboratorio de Calibración de Contadores. Todos estos elementos los tuvo en cuanta la Asamblea Provincial del Poder Popular y la Oficina Territorial de Normalización, para otorgarle el Premio a la Calidad 2010.

 

UN AÑO BIEN ARRIBA

 

Como todo colectivo ambicioso, este año la fábrica aspira a incrementar sus ofertas en el mercado interno.

De ahí que la cifra de contadores de 127 voltios supere los 397 mil, y los de 220 voltios sobrepase los 239 mil, para continuar sustituyendo los defectuosos y obsoletos, por digitales.

Con este objetivo, introdujeron una novedosa tecnología en el Laboratorio de Calibración —única de su tipo en el país—, que emplea un escáner para monitorear cada contador en el proceso de pruebas.

«Su uso humaniza el trabajo y evita cometer imprecisiones, pues con anterioridad el técnico recogía los datos en una planilla, contador por contador, y ahora el proceso está computarizado», expresa Rolando Yera, jefe de Grupo de Laboratorios.   

La venta de artículos hacia el exterior resulta otra idea por concretar. De materializarse, podrían convertirse en nuevos rubros exportables de la provincia.

Mientras la tecnología de los laboratorios de pruebas se moderniza, otras máquinas de años de explotación y prensas que datan del siglo XIX, aún siguen aportando a la economía.

Al indagar sobre la próxima meta del colectivo, Gutiérrez Montes, expresó con optimismo: «La orden Lázaro Peña de III Grado.» 

 

 

 

 

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