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De Villa Clara

Madres reciben salario por cuidar a hijos discapacitados.

Madres reciben salario por cuidar a hijos discapacitados.

Damarys tiene poco tiempo para atender a las visitas. Seca sus manos mojadas en el pulóver que lleva encima. Se alisa el cabello ya encanecido y acaricia la mejilla de su Jorge Javier.

Ella es una de las 753 villaclareñas que desde hace más de un año reciben un salario por cuidar a sus hijos discapacitados. Por eso, cuando a mediados del 2004 conoció acerca de la aprobación del informe de la Comisión para Asistir a una Cuba Libre, y que ahora el mandatario norteamericano pretende hacer realidad en complicidad con la mafia miamense, su indignación no tuvo límites.

«¿Cómo es posible tan absurdo plan? Sí, porque quieren acabar con las prestaciones al pueblo, las atenciones en las esferas de la Salud, la Educación, el Bienestar Social, un sueño para la mayoría de los países del Tercer Mundo. Estos programas, a partir de la transición, dejarían de ser gratuitos, y se eliminaría el pago de  pensiones y jubilaciones, definidas por ellos como beneficios no ganados y relajados requerimientos de elegibilidad permitidos por el sistema comunista.»

Y se detiene a contar una historia compartida por otras mujeres cubanas beneficiadas por la Asistencia Social.

[...] Un hijo es el corazón.
                                 José Martí

«Mi primer hijo, Jorge Javier Gutiérrez Hernández, es mi vida. Desde que nació padece de una cardiopatía acompañada de una discapacidad físico-motora con retraso mental severo.»

Muchos han sido los esfuerzos de la santaclareña Damarys, vecina del Callejón de Los Ángeles, por que el muchacho, ahora con 12 años, avance. A los siete años comenzó a atenderlo en el Centro de Diagnóstico y Orientación de la capital provincial, en el que contó con la asistencia de auxiliares y de una defectóloga.

Al crearse el Centro de Desarrollo Neurológico en la capital provincial, no dudó en llevarlo. Por las noches dejaba todo preparado para cumplir también con su labor como maestra del seminternado José Antonio Echeverría.

Bien saben su mamá Grisel y su tía Carmen —a las que considera su mano derecha—  de los desvelos de la abnegada madre.

Ante la adversidad, esta mujer de 36 años no se amilanó, y le dio a Jorge Javier dos hermanos: Jesús Daniel y Laura María, de diez y siete años, respectivamente.

A pesar del amor que sentía por su profesión, no pudo seguir impartiendo clases. El infante requería de su presencia, pues continuas crisis de ausencia, que, según los neurólogos, suelen manifestarse en estos casos, habían puesto en peligro su vida.

En el 2004 supo de los estudios  genéticos emprendidos en todo el país a propuesta del Comandante  en Jefe Fidel Castro Ruz.

Estando en la casa con licencia sin sueldo, una mañana tocaron a la puerta. Se trataba de una comisión de Asistencia Social que venía a preocuparse por Jorge Javier y por ella.

«Preguntaron si estaba en condiciones de trabajar. Imagínese, por más que hubiera querido me era imposible. Entonces, me propusieron acogerme a los nuevos beneficios de esa institución como cuidadora de mi propio  hijo, oficio por el que percibo 436,00 pesos    —salario devengado con anterioridad, favorecido con el incremento de los haberes en ese sector el año pasado, más una pensión de  Asistencia Social.»

Otras de las atenciones recibidas por Damarys para con su hijo resultan las visitas sistemáticas de los trabajadores sociales, de la técnica de Asistencia Social, Marisel Moya Rodríguez, y de una fisioterapeuta, la que con una labor paciente les ha proporcionado un mayor movimiento a las extremidades de Jorge Javier.

Venceremos, porque está a nuestro
 lado la justicia.
                                                 José Martí

«Lo que nuestra Revolución ha logrado en estos 47 años no lo podemos perder. Si el absurdo plan de Bush llegara a tener cabida aquí, no me quedaría más remedio que pedir limosnas en la calle, o  suplicar glesia o a un político poderoso. ¿Quién no ha escuchado las anécdotas de nuestros padres y abuelos de lo que sucedía con los discapacitados antes del 1o. de Enero de 1959? Eran olvidados y rechazados. Se les veía arrastrándose por las calles en busca de algunos centavos para llevarse un pedazo de pan a la boca.

«De seguro, Bush no ha contado con la opinión de nuestro pueblo para desmantelar una de las más importantes conquistas sociales: el derecho de los necesitados a la asistencia social, al disfrute de una pensión o jubilación, luego de cumplir honradamente con el tiempo de trabajo establecido.

«¿Qué nos va a proponer? ¿Escenas como las de Louisiana tras el paso del huracán Katrina, donde los pobres quedaron a merced de las aguas? No volveremos a la caridad pública.

«Y para contarle de esa infinita bondad que caracteriza a nuestro Gobierno —expresa emocionada—, mi situación no se convirtió en un obstáculo para matricular la Maestría en Ciencias de la Educación, iniciada este curso. ¿En qué tiempo lo hago? Una vez por semana, después de las 4:00 de la tarde dejo a Jorge Javier y los niños con mi mamá, y me escapo de la casa para recibir los conocimientos en el seminternado 13 de Marzo, junto al resto del claustro de ese centro de estudios. No pierdo las esperanzas de volver a las aulas algún día.    

«La historia de la Revolución está llena de obras sociales. Una de las más humanas la constituye ese estudio genético que vino a resolver parte de nuestros problemas, de acercarte a tu hijo. Ese que al venir al mundo diferente requiere de  todo el cariño y amor de su madre.»

Cuando el próximo martes comience el Congreso, desde Santa Clara la voz de Damarys, su historia y verdad, junto a la de miles de cubanos, se alzará para decir no al injusto proyecto que pretende eliminar el actual programa cubano de Seguridad y Asistencia Sociales.    

Los jardines colgantes del boulevard santaclareño.

Los jardines colgantes del boulevard santaclareño. Arecas, crotos, malangas, mantos y otras plantas ornamentales sembradas en uno de los balcones del edificio ubicado en la esquina que forman las calles Villuendas e Independencia —actual Boulevard—, constituyen un verdadero oasis que asombra a quienes acostumbran transitar a diario por ese lugar de la ciudad cubana de Santa Clara.

Mas, ¿quién le ha dado vida a estos jardines colgantes?Cuenta Iraelia Monedero Torres, quien vive en el primer piso del mencionado inmueble, que la idea se la sugirió una de las especialistas que trabajaron en las obras del Boulevard en 1988.A ella le apasionan las plantas, por eso hizo realidad aquel empeño, y comenzó a sembrar en macetas numerosas matas que ha cuidado con mucho esmero.

Sus esfuerzos hicieron que estas proliferaran de forma vertiginosa, y al cabo de 16 años la esquina ha devenido un acogedor mirador a la vista de todos.Relata Iraelia que cuando el huracán Iván amenazó a la región central, trasladó las macetas hacia el interior del hogar para que no sufrieran daños a consecuencia de los fuertes vientos o fueran a caer a la calle; sin embargo, para proteger las cuatro arecas, cuyas raíces han penetrado en la pared, tomó algunas cintas de nailon para enrollar sus pencas y atarlas. Al pasar el peligro, volvió a colocar el pequeño vivero en el mismo orden. Fue una suerte que el nefasto vendaval siguiera rumbo al occidente.Mas, como ella misma señala, el hecho de que gocen de buena salud se debe a las atenciones que le brinda a cada una. Se ha convertido en una costumbre revisarlas minuciosamente todos los días, con el objetivo de quitarles los gajos y hojas secas, y remover la tierra