Elogio a la mujer de estos tiemposIdalia Vázquez ZerqueraSi a alguien hay que elogiar en estos años de resistencia y sacrificio ante la hostil política de bloqueo norteamericana contra la Isla y la falta de recursos, es a la mujer cubana de estos tiempos. Cómo olvidar a la campesina o ama de casa discriminada históricamente por su condición de «sexo débil», la que luego del triunfo revolucionario del 1º de Enero de 1959 alcanzó los mismos derechos que el hombre, y aprendió a pensar, a reflexionar, a opinar, y a aportar a la sociedad con su incorporación al trabajo.Su capacidad de creación no decayó ante las carencias materiales propias del período especial. A falta de jabón utilizó el maguey para lavar. En la cocina recurrió al carbón y se adueñó de nuevas recetas empleadas como alternativas cuando los alimentos comenzaron a escacear.Tampoco temió partir al campo para aportar productos del agro al pueblo. Más que nadie sufrió junto a los suyos las molestias de los apagones ante el déficit de generación eléctrica del país. Y qué decir de los actos prácticamente de magia realizados para componer una prenda de vestir en desuso, o reservar alguna tela de antaño guardada en el armario para el momento más oportuno.En los momentos más críticos supo orientar a sus hijossin perder la confianza en la justeza y humanismo de la Revolución, y las esperanzas de un futuro mejor.El 2005 marcó la pauta para nuevas transformaciones y cambios sociales, amparados en los programas de la Revolución surgidos al calor de la Batalla de Ideas. A los hogares de las santaclareñas llegaron los novedosos equipos electrodomésticos que han ayudado a aliviar las tensiones en la cocina y a elevar su calidad de vida. Ella ha sabido ganarse el reconocimiento social como diputada, técnico, médico, constructora, dirigente, científica, periodista, maestra, internacionalista y en otros oficios, al lado de un proceso indetenible nacido hace 47 años. Elogio a quien continúa apegada a la obra de la Revolución.
Elogio a la mujer de estos tiempos Idalia Vázquez Zerquera Si a alguien hay que elogiar en estos años de resistencia y sacrificio ante la hostil política de bloqueo norteamericana contra la Isla y la falta de recursos, es a la mujer cubana de estos tiempos. Cómo olvidar a la campesina o ama de casa discriminada históricamente por su condición de «sexo débil», la que luego del triunfo revolucionario del 1º de Enero de 1959 alcanzó los mismos derechos que el hombre, y aprendió a pensar, a reflexionar, a opinar, y a aportar a la sociedad con su incorporación al trabajo. Su capacidad de creación no decayó ante las carencias materiales propias del período especial. A falta de jabón utilizó el maguey para lavar. En la cocina recurrió al carbón y se adueñó de nuevas recetas empleadas como alternativas cuando los alimentos comenzaron a escacear. Tampoco temió partir al campo para aportar productos del agro al pueblo. Más que nadie sufrió junto a los suyos las molestias de los apagones ante el déficit de generación eléctrica del país. Y qué decir de los actos prácticamente de magia realizados para componer una prenda de vestir en desuso, o reservar alguna tela de antaño guardada en el armario para el momento más oportuno. En los momentos más críticos supo orientar a sus hijos sin perder la confianza en la justeza y humanismo de la Revolución, y las esperanzas de un futuro mejor. El 2005 marcó la pauta para nuevas transformaciones y cambios sociales, amparados en los programas de la Revolución surgidos al calor de la Batalla de Ideas. A los hogares de las santaclareñas llegaron los novedosos equipos electrodomésticos que han ayudado a aliviar las tensiones en la cocina y a elevar su calidad de vida. Ella ha sabido ganarse el reconocimiento social como diputada, técnico, médico, constructora, dirigente, científica, periodista, maestra, internacionalista y en otros oficios, al lado de un proceso indetenible nacido hace 47 años. Elogio a quien continúa apegada a la obra de la Revolución.
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